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Master Hellcat

Baño, caricias y BDSM (una vivencia del señor W y evangeline)

Hace unos días, hablando con Hellcat, le dije que hacía tiempo que no nos deleitaban malaika y él con ninguna de sus historias, las cuales en más de una ocasión han sido fuente de inspiración para mis sesiones con evangeline.

Hellcat dándome la razón me dijo que en breve miraría de colgar alguna cosa nueva, pero en ese momento pensé que estaría bien, por una vez , dejar que nuestras vivencias fuesen la historia y Hellcat, malaika y sus seguidores los lectores, para ver si así los animamos un poquito a compartir sus momentos BDSM.

Participé mi intención a evangeline de publicar una de nuestras últimas sesiones, y como era de esperar a ella se le puso la cara roja como un tomate y con la cara que pondría una niña a la cual están a punto de descubrir en alguna trastada me dijo;  ¡¡¡QUE NI SE TE OCURRA!!!

Esto evidentemente no hizo más que confirmar hasta que punto era buena idea hacerlo, así que con la complicidad de Hellcat, al cual le pareció tan buena idea como a mí, os presento esta pequeña historia ocurrida entre evangeline y yo hace pocos días.

Por cierto, evidentemente que en ningún momento he engañado a evangeline diciéndole que no iba a escribir esto, ya que primero  no creo que se tenga que engañar a tu sumisa nunca y segundo ,no veas lo que se llega a disfrutar viéndola como sufre  por no saber lo que voy a contar.

 

Baño, caricias y BDSM.

Hacía unos días que corría por mi cabeza una idea para poner en práctica en una de nuestras sesiones. La verdad es que siendo sincero la idea no era mía, sino que salió de un libro en el cual le hacían algo parecido a la protagonista.

La idea era, sin comentarle nada a mi sumisa, sorprenderla un día con la bañera preparada, bañarla con mis manos y después…

Así que me puse manos a la obra; compré unas bolas efervescentes para el baño, una velas olorosas, preparé las cuerdas, la fusta, el latiguillo y como no el antifaz para privarle la visión.

Esperé hasta el momento adecuado, una tarde noche, y cuando llegó a casa ya lo tenía todo preparado.

La verdad es que ese día en cuestión no llegó con el mejor humor del mundo, y me costó un poquito hacerla entrar en el juego, pero cuando vio todas las molestias que me había tomado, y ante la perspectiva de pasar uno de esos ratos que tanto nos gustan, en seguida se dejó llevar, y es que no hay nada como la perspectiva de una prometedora sesión para hacer que los malos humos salgan volando por la chimenea.

Le pedí que se desnudara, y ella como era de esperar obedeció, poniendo esa carita que pone siempre que entramos en situación de; ¡Voy hacer todo lo que me pidas!, ummm como me pone cuando se que va a ser totalmente mía sin ningún tapujo.

Le coloqué el antifaz para que no viera hasta el último momento como le esperaba el baño, até sus manos para evitar la tentación de quitarse la máscara demasiado pronto para ver, y por qué no reconocerlo, me gusta tanto tenerla dominada como a ella le gusta que la domine.

La lleve por el pasillo desnuda, tirando de la cuerda hasta el baño, y una vez dentro le permití quitarse el velo que cubría sus ojos, para que pudiese ver que le estaba esperando.

El baño estaba iluminado sólo por la luz de las velas olorosas, las cuales ya habían impregnado con su fragancia toda la estancia, la bañera llena de agua caliente pero sin quemar, muy a su gusto quiero creer. Liberé sus manos de las ataduras, no conviene mojar las cuerdas, y le pedí amablemente aunque con firmeza que se tendiera dentro de la bañera. Tome una de las bolas efervescentes que había adquirido para la ocasión, y se la puse en la espalda para que disfrutara de sus burbujas. Le pedí que se relajara y con las manos enjabonadas empecé a acariciar todo su cuerpo; primero su espalda, luego sus hombros, me acerqué sigilosamente hasta sus pechos, lo cuales ya empezaban a demostrar su alegría en los pezones, y mientras una de mis manos se quedaba deleitándose en la turgencia de sus prominencias pectorales, la otra, que también es muy lujuriosa, fue descendiendo por su abdomen hasta encontrar el camino que lleva a sus muslos. Acaricié una y otra vez el interior de sus piernas, acercándome peligrosamente en más de una ocasión a su sexo, pero cuando veía que ella estaba a punto de facilitarme la entrada, yo se lo negaba, diciéndole travieso; No hay que correr.

Continué  dilatándome en el tiempo disfrutando de todo su cuerpo, viendo como la ansiedad cada vez se apoderaba más de ella y en un momento dado, sin previo aviso,  decidí acariciar su clítoris, como me gusta cuando le das lo que está deseando y ves el placer reflejado en su cara.

Dediqué todos mis esfuerzos a darle placer con mis dedos, penetrándola primero con uno, luego con dos, tan profundamente como me era posible y con la otra mano, la cual no quería estar desocupada, empecé a pellizcar sus pezones, cada vez con más intensidad y por lo que pude adivinar por sus gemidos y expresiones evangeline lo agradeció profundamente.

Como no iba a dejarla acabar ahí, deje de acariciarla poco a poco y le dije al oído; Disfruta y relájate un rato, ahora vendré a buscarte.

Cuando tuve todo preparado, fui a recoger a evangeline al baño, la invité a levantarse, la sequé, con una toalla y volví a colocarle el antifaz, me encanta que no pueda verlas venir.      Até sus manos de nuevo, y con otra cuerda rodeé sus pechos por arriba y  abajo, haciendo con esto que sobresalieran más de lo que normalmente lo harían, y entonces la llevé hasta el comedor.

Hice que se tendiera en la cheslong , levanté sus brazos por encima de su cabeza para así tener una buena visión de sus tetas, separé sus muslos y dejé totalmente expuesto su coño.  La dejé unos segundos en esa posición para disfrutar un poco de la vista, y empecé a recorrer toda la parte anterior de su cuerpo con mis manos, mi lengua, mordí sus pezones y aproveché para colocarle un par de pinzas en cada uno de sus atributos, después continué dándole mordiscos hasta llegar a su clítoris.

Como me gusta tener la oportunidad de comer su coño recién bañado, penetrar con mi lengua cada uno de sus rincones, mientras oprimo con mis manos sus pechos, subiendo exponencialmente la intensidad de esta acción conforme sube su excitación.

Dediqué largo rato a hacerla disfrutar, tanto con mi lengua como penetrando con mi pene su vagina, hasta hacerla desear que la permitiese correrse, pero aún no había llegado el momento.

Hice que se pusiera de pie y la arrodillé delante de mí, metí mi polla en su boca hasta que mi pene chocó con sus amígdalas y la obligué a chuparme la polla una y otra vez, cogiéndola con fuerza del pelo y obligándola a tragar mucho más de lo que hubiese deseado. Le presenté mis huevos y como ya sabe lo que me gusta, los chupó con su lengua con tanto gusto, que llegué a dudar  cuál de los dos lo disfruta más.

Después volví a levantarla y até la cuerda que ligaba sus manos a la barra que tiene nuestro sofá, que poco pensamos al comprarlo lo útil que iba a resultar ese supuesto adorno. Hice que se pusiera en pompa para poder ver bien su culo, y a modo de inicio le di un cachete con fuerza, que la hizo saltar por la sorpresa más que por el dolor. Tomé mi fusta y empecé a fustigarle el culo con ella, primero sin mucha fuerza, pero cada vez subía más la potencia ejercida en mis golpes y a la vez, evangeline,  cada vez demostraba disfrutar más del castigo recibido.

Ese fue el momento elegido para sacar a relucir mi latiguillo.

Como ella tenía los ojos tapados en todo momento, no podía saber que se le venía encima, así que decidí hacérselo saber, haciéndolo sonar profusamente con un par de movimientos al aire. En cuanto reconoció ese sonido, vi como se estremecía todo su cuerpo e incluso llegó a soltar un ¡ay! preventivo, pero como se que le gusta, ni se retiró ni se movió un ápice, y esperó gustosa a que el mismo sonido que la había hecho agitar tomase contacto con su piel.

Empecé a repartir golpecitos por todo su cuerpo, primero en los dos lados del culo, tomando un hermoso color rojizo en sus dos caras, luego visité su espalda, sus pechos, sus pies, su vagina, disfrutando con todos y cada uno de sus movimientos, gemidos, suplicas y quejas.

En ese momento yo estaba tan o más excitado que ella y ante la presencia de tan maravilloso culo, no pude más que penetrarlo, primero con un dedo y luego, dada la reciprocidad del placer  obtenido en la sodomía, clavé mi miembro hasta lo más profundo de él, y disfruté de su calor durante un buen rato. Normalmente dejo que ella termine antes que yo, pero hoy era un día especial y dejé que todo mi semen inundara su cavidad anal extasiado de placer.

Como no iba a dejar a evangeline con las ganas de un buen final, le di la vuelta, hice que volviera a tenderse en el sofá, separé sus piernas y con mis dedos, mi lengua y mis manos la acompañé hasta el deseado momento del orgasmo.

Como colofón final nos besamos  y obtuve  su aprobación a todo lo acontecido diciéndome; Hoy no ha estado nada mal.

Firmado Sr.W.

10 comentarios

Sr. W -

Muchas gracias por tu comentario Señor Lobo, me alegra mucho poder ser fuente de inspiración de alguien como previamente lo han sido antes otros de mí.
Un abrazo.

Hellcat -

De nada ;).

Señor Lobo -

Muy buena experiencia. Me has dado grandes ideas de cara a jugar con mi sumisa señor W. Seguramente esta semana las ponga en práctica... :D

Y de paso aprovecho para agradecer al Señor Hellcat todas las experiencias que ha vivido en su vida. Hace poco que estoy metido en este apasionante mundo y este blog ha sido fuente de inspiración para desatar mis perversiones. Gracias =D

Hellcat -

No pasa nada evangelin. Siempre he dicho que el tono de piel que mejor os sienta a las sumisas es el granate intenso ;).

evangeline -

Bueno, después de inspirar y expirar varias veces aquí estoy cumpliendo lo que me mandó mi Sr. W...comentar.

La cuestión es que realmente no se que comentar. El texto es más que explicito y como podéis comprobar lo pase muy mal/bien como solemos decir con malaika.

Solo confesaros que lo pase fatal mientras sabia que Sr. W estaba escribiéndolo, peor cuando lo leí, requetepeor cuando supe que Sr. Hellcat y malaika lo habían leído y ya os imagináis cuando lo vi en el blog... si ya me pongo roja con nada esos días vivía granate.

Solamente me queda agradecer a Sr. Hellcat que dejara a mi Sr publicar en su blog ya que por muy mal que lo pasase esos días el Sr. W se lo paso genial y me encanta verlo feliz aunque sea por chincharme...es algo malo/bueno.

Vamos después de explicarme como un libro cerrado solo me falta agradecer sus comentarios Sr. Hellcat, malaika y Canelita.

evangeline

Sr. W -

Muchas gracias Canelita.
Si que es probable, con el permiso de Hellcat, que compartamos alguna historia más en este blog Yo o mi sumisa, especialmente viendo que tienen tan buena acogida.
Un saludo.

Canelita -

Buenas
Un saludo para los Señores y sus sumisas
Permitame felicitarlo Sr W excelente escrito y muy interesante de leer. Espero que se vuelva atrever a publicar otra de sus experiencias.

Un saludo para Usted y su sumisa

malaika -

Cómo no nos va a gustar leerla Sr. W!!!
Es un deleite!! Y más viniendo de Usted y de mi "sumiamiga" evangelin!!

Un saludo para Usted y un beso para evangelin,
malaika

Hellcat -

Desde luego que nos ha gustado leerla. Realmente interesante... esa barra en el sofa, esa barra... xd

Sr. W -

Espero que os guste leer esta historia tanto como a mí me ha gustado escribirla.
Sr. W