Este fin de semana W, evangelin, malaika y yo nos fuimos a una casita rural situada en un pequeño pueblo medieval totalmente amurallado en la provincia de LLeida. Para que os hagáis una idea, el pueblo consta de 17 casas, 12 de las cuales están integradas en la muralla y las otras cinco son interiores.
Para comenzar diré que, si bien es cierto que W y yo planeamos lo que queríamos que pasara (y que acabó pasando), tampoco esperábamos que fuera a suceder. Ambos éramos conscientes de que llegaríamos hasta allí donde pudiéramos. Si la última vez que jugamos juntos (podéis leer lo acontecido en el relato “Conspiraciones (II)”) llegamos al primer nivel, esta vez hemos alcanzado el nivel máximo saltándonos todos los intermedios que pudiera haber.
El jueves por la tarde nos reunimos W y yo para comenzar a planificar el finde en cuanto a BDSM se refiere. Por supuesto, todo lo demás (comida, compra, etc.) quedaba al cargo de evangelin y malaika, que para eso están (bueno, para eso y para otras cosas xd). No os contaré ahora todo lo que hablamos para no adelantar acontecimientos.
El viernes por la tarde, W y evangelin pasaron a recogernos en su coche. Salir de casa con la fusta y el látigo de doma en la mano fue toda una experiencia para malaika. Pero no porque los llevara ella, sino precisamente porque los llevaba yo y no me molestaba en ocultarlos. Total, ¿quién va a asociar una fusta y un látigo de doma con el BDSM? Como yo le decía a malaika, quizá nos íbamos un finde a montar a caballo (en realidad íbamos a practicar la doma de yeguas xd) y en todo caso, a nadie le importa.
Al llegar a la casa nos instalamos y, mientras malaika y evangelin preparaban la cena, W y yo dábamos la forma definitiva a los planes. Antes de seguir debo volver a explicar que la relación que nos une es muy estrecha. La relación de amistad entre W, evangelin y malaika se remonta a varios años atrás. Yo entré en el grupo cuando conocí a malaika. La diferencia es que malaika y yo comenzamos nuestra relación como Amo y sumisa, relación que luego derivó en una más profunda que, como ya sabéis acabó en boda (ais… qué bonita historia de amor acabo de contar…). En cambio, W y evangelin, como también he explicado en entradas anteriores, comenzaron su andadura BDSM hace relativamente poco tiempo. La empatía que hay entre todos hace que los juegos tomen un carácter especial. Para comprender el alcance de todo lo que os voy a explicar podéis tratar de imaginar, a lo largo de todo el relato, cuál sería vuestra reacción si os ocurriera algo parecido con alguien al que os une una amistad cercana.
Durante la cena del viernes, malaika y evangelin se sentaron una al lado de la otra, mientras que W se sentaba frente a malaika y yo frente a evangelin. Ellas comenzaron la cena con sus respectivos collares y esposadas (mano izquierda de malaika a mano derecha de evangelin). De vez en cuando les pedíamos que nos pasaran cualquier cosa que estuviera lo suficientemente alejada (el salero, pan, etc.) de forma que tuvieran que coordinarse para poder cumplir la orden. También les fuimos pidiendo que se fueran desabrochando la blusa: un botón ahora, otro luego… y sí, al final se quedaron no solo sin blusa, sino también sin pantalones, con lo que acabaron cenando en ropa interior.
Mientras ellas recogían y fregaban, nosotros bajamos al salón para preparar la velada. Desplegamos el material y preparamos el juego al que jugamos la última vez (ver el relato “Conspiraciones (II)”). Las reglas eran las mismas. Así transcurrió gran parte de la velada, hasta que decidimos hacer un descanso. En un sofá estaban W y evangelin y en otro malaika y yo. El juego había conseguido su propósito y, entre juegos, bromas y carícias, W y yo conseguimos que nuestras respectivas sumisas se quedaran primero en top-less y, más tarde, desnudas. Lógicamente, el proceso no fue ni breve ni sencillo. Nos costó muchas palabras y caricias conseguirlo… y más palabras y más caricias para que empezaran a vencer la vergüenza al saberse desnudas delante de la otra pareja. Pero las caricias llevaron a más y, finalmente, cada uno en su sofá y con su respectiva pareja, acabamos manteniendo relaciones sexuales a plena vista de los otros.
El sábado nos dedicamos a hacer turismo por la zona, aunque no faltaron las oportunidades para comentar lo sucedido la noche anterior, yo con W y, por su lado, malaika y evangelin. Por la noche, de nuevo las sumisas fueron las encargadas de preparar y servir la cena, que transcurrió sin novedad. Después, jugamos al strip-parchís. Las reglas son muy sencillas:
- Si un Amo come la ficha de una sumisa, la sumisa paga prenda.
- Si una sumisa come la ficha de una sumisa o de un Amo, la otra sumisa paga prenda.
- Si un Amo lleva una ficha hasta la casilla de meta, ambas sumisas pagan prenda.
- Si una sumisa ya está completamente desnuda y ha de pagar prenda, recibe un castigo.
- En principio, las sumisas están obligadas a comer. Pero una sumisa puede negarse a hacerlo y, a cambio, sufrir un castigo.
Podéis decir: “pero hombre, entonces en este juego las sumisas siempre pierden y pase lo que pase, acaban desnudas”. Vaya, no me digas. Ni se nos había pasado por la cabeza…
Las prendas que llevaba cada sumisa eran: blusa, pantalón, dos calcetines, dos zapatos, sostén, braguitas y reloj/anillo (una llevaba un reloj de pulsera y la otra un anillo, pero decidimos que contaban como equivalentes). Y no creáis que por haber acabado desnudas el día anterior iban a pasar menos vergüenza este. Al contrario: desnudas como estaban, hacían lo imposible por taparse, lo que hacía el juego más excitante.
Ya desnudas fuimos al salón. Como hacía frío, les permitimos ponerse una chaqueta por encima. Justo antes de entrar les tapamos los ojos. Después las sentamos, cada una en un sofá y les atamos las manos a la espalda. Después les explicamos que nosotros saldríamos un momento para hablar de unas cosas y que ellas se quedarían allí sentadas sin poder hablar. Pusimos la tele, abrimos la puerta, esperamos un par de segundos y la volvimos a cerrar… pero no salimos. Nos quedamos allí, de pie, mirándolas, esperando por si a alguna se le ocurría desobedecer nuestras órdenes mientras el sonido de la tele enmascaraba cualquier otro que nosotros pudiéramos hacer por accidente. Pero ellas no desobedecieron. Permanecieron allí, sentadas y en silencio, sumidas en sus pensamientos. Finalmente, simulamos nuestra entrada y pasamos a la siguiente fase.
La idea era probar una teoría que a W le rondaba la cabeza: que evangelin tiene una vertiente dominante que W deseaba explorar. Para ello, la idea era que, con los ojos vendados, desnudaríamos a evangelin (recordad que ambas llevaban chaquetas), la vestiríamos con un corsé y la sentaríamos en el sofá. Luego desnudaríamos a malaika, la podríamos a 4 patas sobre el sofá con las manos atadas delante y se la ofreceríamos a evangelin. Si embargo los nervios jugaron malas pasadas. Primero malaika se negó a quitarse la chaqueta. Hicieron falta varios minutos de Master Hellcat en estado puro para conseguirlo. Y no me refiero a amenazarla (para eso no hace falta ser Amo), sino a convencerla. ¿Acaso la victoria a través de la convicción y la entrega no es mucho más dulce que la victoria a través del miedo? Siempre.
Cuando malaika estuvo preparada y, os lo puedo asegurar, muy excitada, le quitamos la venda de los ojos a evangelin y le explicamos lo que queríamos que hiciera. También se negó. Las circunstancias eran las que eran y probablemente W y yo no planteamos el juego del mejor modo (mal Amo es aquel que echa siempre la culpa sobre la sumisa sin analizar si sus propias acciones fueron correctas). Sea como fuere, ella se negó (es su derecho, ya que para nosotros esto es un juego y nada más que eso) y suspendimos momentáneamente la sesión hasta que ambos volvieron al salón tras haber hablado del tema. Ah, pero no creáis que todo acabó ahí, ni mucho menos. De nuevo las palabras y las caricias hicieron mella en la resistencia natural de evangelin y malaika y el día acabó igual que había acabado el anterior.
Y llegó el domingo. A eso de las 11 de la mañana, recibimos un mensaje: W venía a nuestra habitación y sería conveniente que malaika se pusiera su collar. W llamó a la puerta y me pidió que saliera un momento. Me dijo que evangelin estaba en la habitación, preparada según uno de los juegos que habíamos planificado previamente para la noche del sábado y que podíamos subir cuando quisiéramos. Le comenté que subiríamos enseguida.
Entré en la habitación y le dije a malaika que íbamos a subir. Yo iba vestido con chándal, igual que W. Malaika iba desnuda. Justo antes de llegar a la habitación le vendé los ojos. Cuando entramos, vi que evangelin estaba tumbada sobre la cama, a lo ancho, tapada con el edredón. Los brazos y las piernas quedaban fuera y estaba sujetos por cuerdas (una para los brazos y una para cada tobillo). W destapó a evangelin, que estaba completamente desnuda y también con los ojos vendados. Cuando quitamos la venda a malaika, casi no se lo podía creer. Su primera reacción fue la de echarse atrás, pero yo la conozco y sabía perfectamente que el morbo era mucho más fuerte que la vergüenza. Para acabar de derribar cualquier resistencia hice algo que estaba seguro que la excitaría: ofrecí a W acariciar los pechos de malaika mientras yo sujetaba sus brazos a su espalda de forma que sus hombros quedaran hacia atrás y sus pechos expuestos. Como yo imaginaba (más tarde me lo confirmó ella misma) aquello la excito mucho y, evidentemente, W no perdió la oportunidad de acariciar, por primera vez, los pechos de aquella chica que conoció hace ya tantos años.
Lo que siguió a continuación ya os lo podéis imaginar: W y yo acariciándolas, sexo oral entre ellas (la primera vez para evangelin con una chica) incluyendo un muy excitante 69, sexo oral de ellas a nosotros y, finalmente… intercambio de parejas.
Me consta que malaika disfrutó mucho del señor W… aunque ya en el momento pude constatarlo a juzgar por sus gemidos (pero qué jaleosa es mi zorrilla xd). En cuanto a mí, sólo puedo decir que espero que evangelin disfrutara tanto conmigo como yo disfruté con ella: gracias guapa ;).
Gracias a los tres por un fin de semana genial!!!
Hellcat