¿Qué es el bdsm?: El poder de las sumisas
Bueno, todos lo tenemos muy claro, ¿no? En una relación bdsm el poder lo detenta el Amo... ¿o no?.
Pues mi opinión es que no. En una relación bdsm entendiendo relación bdsm no sólo como los juegos propiamente dichos, sino también como la relación que hay entre ambas partes, al margen de los mismos-, el verdadero poder lo tiene la sumisa, pues es quien dicta los límites.
Como ya dije en el artículo "¿Qué es el bdsm?: Sobre el bdsm", el Amo es quien da las órdenes en los juegos, pero siempre circunscritas a los límites pactados previamente con la sumisa. Dentro de esos límites el Amo tiene absoluta libertad de movimientos, pero no puede saltárselos sin permiso de la sumisa.
Por increíble que parezca, alguna vez me he encontrado con gente que rebatía esto. Según su opinión, el Amo podía hacer lo que quisiera con la sumisa. O sea, me planteaba, con toda la naturalidad del mundo, que el Amo podía hacerle a la sumisa lo que él quisiera sin tener en cuenta si la sumisa disfrutaba de ello. ¿Pero en qué mundo vive esta gente? Por supuesto, no tardé mucho en desmontarle sus argumentos. Para empezar, esta forma de actuar atenta contra la regla del consenso. Por no hablar de que si la sumisa le dice expresamente que no haga algo y él lo hace, estará incurriendo en un delito.
Por otro lado, en una relación bdsm todos vemos claramente que el Amo puede influir en la sumisa, ya que, en cierto modo, el Amo moldea a la sumisa. Sin embargo, también la sumisa influye en el Amo. Por sus reacciones ante los actos de éste, porque es ella la que marca el ritmo de su avance por el camino de su sumisión y entrega al Amo, porque cada sumisa es diferente y, por lo tanto, su entrega es siempre singular y única...
Incluso durante la sesión, la sumisa puede ejercer su poder, ya que, si bien ésta se entrega a su Amo, creo que, al mismo tiempo, ella lo toma a él y lo hace suyo mediante métodos más sutiles: su actitud, sus movimientos, sus gestos, sus gemidos... todo se combina para ejercer el influjo que convierte a la sumisa en el centro de atención del Amo.
Pues sí, ¿para qué lo vamos a negar? Definitivamente, las sumisas son poderosas. Y los Amos nos rendimos ante ellas. Porque sin ellas, perdemos nuestra razón de ser y existir.
Hellcat
Barcelona
1 de marzo de 2004
Pues mi opinión es que no. En una relación bdsm entendiendo relación bdsm no sólo como los juegos propiamente dichos, sino también como la relación que hay entre ambas partes, al margen de los mismos-, el verdadero poder lo tiene la sumisa, pues es quien dicta los límites.
Como ya dije en el artículo "¿Qué es el bdsm?: Sobre el bdsm", el Amo es quien da las órdenes en los juegos, pero siempre circunscritas a los límites pactados previamente con la sumisa. Dentro de esos límites el Amo tiene absoluta libertad de movimientos, pero no puede saltárselos sin permiso de la sumisa.
Por increíble que parezca, alguna vez me he encontrado con gente que rebatía esto. Según su opinión, el Amo podía hacer lo que quisiera con la sumisa. O sea, me planteaba, con toda la naturalidad del mundo, que el Amo podía hacerle a la sumisa lo que él quisiera sin tener en cuenta si la sumisa disfrutaba de ello. ¿Pero en qué mundo vive esta gente? Por supuesto, no tardé mucho en desmontarle sus argumentos. Para empezar, esta forma de actuar atenta contra la regla del consenso. Por no hablar de que si la sumisa le dice expresamente que no haga algo y él lo hace, estará incurriendo en un delito.
Por otro lado, en una relación bdsm todos vemos claramente que el Amo puede influir en la sumisa, ya que, en cierto modo, el Amo moldea a la sumisa. Sin embargo, también la sumisa influye en el Amo. Por sus reacciones ante los actos de éste, porque es ella la que marca el ritmo de su avance por el camino de su sumisión y entrega al Amo, porque cada sumisa es diferente y, por lo tanto, su entrega es siempre singular y única...
Incluso durante la sesión, la sumisa puede ejercer su poder, ya que, si bien ésta se entrega a su Amo, creo que, al mismo tiempo, ella lo toma a él y lo hace suyo mediante métodos más sutiles: su actitud, sus movimientos, sus gestos, sus gemidos... todo se combina para ejercer el influjo que convierte a la sumisa en el centro de atención del Amo.
Pues sí, ¿para qué lo vamos a negar? Definitivamente, las sumisas son poderosas. Y los Amos nos rendimos ante ellas. Porque sin ellas, perdemos nuestra razón de ser y existir.
Hellcat
Barcelona
1 de marzo de 2004
23 comentarios
Hellcat -
Saludos
sinax -
Hellcat -
Saludos
Sombra -
Por el azar vien a parar a este blog y por curiosidad (puesto que me interesa bastante el tema) comencé a leer...
Debo darte las gracias por haberme despejado muchas de las dudas que existían en mi cabeza. Te lo agradezco de todo corazón, porque has "roto" (digamoslo asi) muchos esquemas que tenía con respecto a este tema. Nada más ver los primero enlaces pulsé para añadir esta página a mis favoritos y ahora, que he leído más, me siento muy orgullosa de haberlo hecho, de veras.
Un saludo muy cordial.
Sombra
Hellcat -
Mafer -
Yo resien estoy culturizandome, me gustaria experimentar pero no creo que este estilo fuer ael unico que adopte, al verdad, la entre g a un amo me resulta exitante, pero una entrega exclusiva... mmm a mi tambine em gusta dominar d evez encuando, o una guerra, en fin, donde puedo hablar cona lguien de estas cosas? me encantaria tener una gran conversacion! pero no encuentro a nadie!! T.T
Hellcat -
Saludos
cris_primavera -
Esto que a priori puede sonar lógico, es una arma de doble filo. Al no haber normas escritas, las sumisas estamos carentes de argumentos para razonar con nuestros Amos lo que deseamos o no en la relación, es decir los tan cacareados limites, el talón de Aquiles de los Dominantes.
Como bien se argumenta en el artículo, los Amos son totalmente conscientes de ese poder que tiene la sumisa, y que tiene todo el DERECHO a ejercerlo, con lo cual te dirán que eso es falta de confianza, o cualquier excusa que quieran hacerte creer, son hábiles haciéndolo, evidentemente, su poder radica en dominar, y dominar significa tener poder mental también para convencerte.
Muchos Amos deberían bajar de su pedestal de oro, y ver que sin sus sumisas no serian nada. Sin sus juguetes serían niños tristes.
Señores, no incurráis en el error de no usar la palabra de seguridad, un verdadero ser Dominante lo será tanto con ella como sin ella, y ahí se verá realmente la destreza. ¿No es más fácil ganar, si se posee toda la baraja? ¿No creéis que tiene más aliciente conseguir que vuestra sumisa vaya cediéndoos el poder poco a poco, a medida que va aumentando su confianza hacia vosotros? Eso es la verdadera ENTREGA.
Esto es un juego de dos. No de uno que ejerce su tiranía sobre el otro.
SEGURO, SANO Y CONSENSUADO, no lo olvidemos...
Besos,
cris
Hellcat -
cautiva{Mouro} -
y también es verdad que una sumisa no se dejará por alguien debil puesto que no podría respetarlo como amo.
y las reglas siempre hay que respetarlas.
besos
Hellcat -
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho.
Una sumisa no se dejará dominar por alguien débil, pues no podrá respetarlo como Amo. Del mismo modo, rechazará a una persona prepotente,por razones obvias.
Con respecto a tu última frase yo la completaría: el respeto mutuo es la base de una buena relación bdsm.
María -
BDSM.
Hellcat -
Es más, probablemente lo haya mencionado en alguno de mis artículos o comentarios porque para mí esa es una de las reglas de oro de las relaciones bdsm.
De hecho me ha sorprendido tu comentario porque al leerlo es como si me estuviera leyendo a mí mismo, jeje.
Sr_De_Ayala -
satin{Hc} -
Hellcat -
¿Quién sabe? A lo mejor el día que menos se lo espere, le doy una sorpresa, jeje.
satin{Hc} -
Bruixeta -
silvia -
:)
Hellcat -
Ais, que romántico, mi sumi luchando por su Amo, jiji. satin. Si ya te digo yo que tienes una vena dominante... ¿Seguro que no te gustaría tener un sumisito para atarlo? :P.
Bruixeta, gracias. Un beso a ti también.
Bruixeta -
satin{Hc} -
silvia -