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Master Hellcat

Conspiraciones II

Hace unos días escribí un post titulado "Conspiraciones". En él explicaba que W y yo habíamos ido de compras, que estábamos haciendo planes para divertirnos y que, de momento no os podía explicar nada más. Pues bien, ha llegado el momento de explicar aquel post... y todo lo que pasó como resultado de nuestras conspiraciones.

Lo que aquel día compramos fue ni más ni menos que dos huevos vibradores con sus respectivos mandos a distancia. Nuestro plan original era quedar a cenar los cuatro, ellas con el huevo puesto y que W y yo nos intercambiariamos los mandos a distancia sin que ellas se dieran cuenta. Él se sentaría en la mesa ante malaika y yo me sentaría ante evangelin. Y cada uno accionaria a voluntad el huevo de la sumisa del otro.

Sin embargo, ya en la tienda, tuvimos que renunciar a parte del plan cuando nos informaron de que la frecuencia que usan todos los huevos es la misma. Es decir, que con cualquier mando se activan todos los huevos que estén a su alcance. A mi entender, este es un grave fallo del fabricante. Ya que sirve su producto en varios colores, por ejemplo cada color podría tener su propia frecuencia de transmisión y entonces... bueno, perdonad, que ya me estoy yendo por los cerros de Úbeda. El caso es que, forzados por las circunstancias, decidimos que activaríamos a la vez ambos huevos.

Llegados a este punto, os explico que el día antes de la quedada, se me ocurrió una idea para hacer la velada más picante. Mi sumisa malaika no sabía de qué se trataba, aunque sí sabía que algo estaba tramando. Evidentemente, tardó poco en contactar con su sumi-amiga para hacerle partícipe de que algo se estaba cociendo y comentar la jugada. Si es que a veces no hay ni que trabajar para ponerlas nerviosas... ellas solas se ponen!!! xd.

Cuando W y evangelin llegaron a casa, les pusimos sus respectivos collares, que ya no se quitarían en toda la velada. Y, por supuesto, cada una llevaba ya su huevo. De esta forma, durante la preparación (durante la preparación de la cena para explicarle a W la idea que había tenido para amenizar la velada) y degustación de la cena, W y yo fuimos poniendo y parando los vibradores. Y aunque ellas se esforzaban una y otra vez en disimular su efecto (con bastante éxito, eso hay que concedérselo), no siempre lo conseguían y, de vez en cuando, al poner el huevo en marcha, podíamos atisbar alguna que otra mueca que seguro que no era de sufrimiento.

Acabada la cena, y aprovechando que ambas habían salido un momento, desplegamos algo de material sobre la mesa, a saber: látigo corto de látex, caña, pala de madera, pinzas y pesos, dos pinwhhels, esposas y varias cuerdas. Cuando regresaron, W y yo procedimos a explicar a malaika y evangelin en qué consistiría el juego. Usaríamos un juego de mesa, del cual no diré el nombre (en realidad el juego es lo de menos, cualquiera puede servir si inventáis las reglas adecuadas), y jugaríamos por parejas, es decir: W y evangelin por un lado y malaika y yo por el otro. Las reglas habituales del juego indican que para ganar una partida hay que conseguir dos veces el objetivo del juego. Cada vez que una pareja consiguiera el objetivo, la sumisa de la pareja ganadora debería elegir uno de los objetos de la mesa (excepto las cuerdas) y el Amo de la pareja perdedora debería usar ese objeto en su sumisa según su criterio. Dicho de otra forma, usaríamos la empatía que hay entre malaika y evangelin (se conocen desde hace muchos años) en su contra, ya que la que eligiera el objeto sabría de antemano que sería usado en su sumi-amiga. Para finalizar, el Amo de la pareja que perdiera una partida (es decir, que la otra pareja ha conseguido dos veces alcanzar el objetivo del juego) usaría cuerdas para practicar un bondage en su sumisa, que debería llevarlo hasta que de nuevo alguna pareja ganase una partida. Por supuesto, esta regla sería acumulativa. Es decir, que si una pareja pierde dos partidas seguidas, los cuerdas se irían acumulando en su cuerpo. 

Por si os ha resultado una explicación muy farragosa trataré de resumirla: en este juego, de una forma u otra, las sumisas siempre pierden y los Amos siempre ganan xd.

Con este planteamiento os podréis imaginar que pasamos una velada genial. Sobre todo, nos reímos mucho. Seguro que repetiremos!!!

Hellcat

2 comentarios

malaika{Hc} -

Hace muchos días que quería escribir, pero no encontraba el momento.

Me uno a los comentarios de mi Amo y del Sr. W: fue una noche genial. Nos divertimos mucho.

Aprovecho la ocasión para comentar algo que, cuando lo pienso, me ruborizo. Cuando conocí a Sr. W y evangelin yo era una "niña". Vivía en mi mundo de creencias donde todo tenía un sentido (lo tuviera o no) y yo era una santa en todos los sentidos. Y claro está, el BDSM estaba muy alejado de mi vida. Junto al Sr. W y evangelin crecí tanto en edad como en persona, pero, sobre todo, era el Sr. W quien me hacía tener una mente más crítica ante las cosas.

Y ahora, si miro hacia atrás y pienso en la "niña" que conocieron mis amigos y en la "putilla" en la que me he convertido y que ellos han visto... no puedo evitar ruborizarme.....

Pero me alegro y soy feliz de poderlo compartir y tener una sumi-amiga de toda la vida con quien ponerme nerviosa cuando nuestros Amos maquinan juntos!

Un abrazo al Sr. W y evangelin y estoy siempre a los pies de mi Amo Helllcat.

malaika{Hc}

Sr.W -

Perdonad que haya tardado tanto en comentar pero el tiempo es un bien muy preciado del que últimamente no dispongo.
Pues nada, solo quiero corroborar lo que Máster Hellcat ya ha comentado.
Pasamos una velada genial, especialmente todo lo relacionado con el juego, en el cual, aún teniendo la oportunidad de ganar, alguna vez no lo hacía para ver que elemento elegía la sumisa de Máster Hellcat para usar en la mía. Tendríais que haberlas visto intentando pactar para que les fuese lo más llevable posible y las caras de circunstancias que hacían cuando esto, en más de una ocasión, solo les sirvió para que fuésemos aún más duros con ellas, y es que lo bueno de este tipo de juegos es que las reglas se van reinventando conforme a las necesidades del amo y eso siempre le pasa factura a la sumisa.
Al final fue un placer para los cuatro poder pasar así la velada y espero que lo repitamos muy pronto.