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Master Hellcat

La sumisa desaparecida

Como ya sabéis, tanto a malaika como a mí nos gusta compartir nuestros juegos. Por eso empleo parte de mi tiempo en contactar con mujeres sumisas o switch que deseen unirse a nosotros. No somos especialmente quisquillosos. No nos importa ni la experiencia ni el físico, y mi abanico de búsqueda es bastante amplio, entre 18 y 45 años, aunque ni siquiera esta normal es inamovible. Aun así, soy consciente de que no es una tarea fácil. De hecho, en el 99% de las ocasiones mis mensajes no obtienen respuesta. Sin embargo, el restante 1% sí cae en tierra fértil y es posible entablar una conversación. A veces no conseguimos llegar a un acuerdo -ya sea por una incompatibilidad absoluta en los horarios o por diferencias en lo que cada cual busca y necesita-, pero de vez en cuando -fijaos que ya estamos hablando de un porcentaje inferior al 1%-, la vida nos depara una agradable sorpresa y encontramos a una chica con la que es posible mantener un diálogo fluido, sin tabúes, con sentido del humor. Normalmente a lo largo de nuestras conversaciones me pregunta dudas sobre la naturaleza del BDSM -qué es, qué no es-, sobre las relaciones entre Amo y sumisa, sobre los juegos, el placer, el dolor, sobre videos que ha visto en internet –qué es real y qué es una fantasía-, etc. Si nunca ha estado con otra mujer, aunque siente curiosidad sobre ello, también me pregunta cómo haré para incluir dos sumisas en un mismo juego. Yo intento responder lo mejor que sé, en función de mi forma de entender el BDSM, y le pregunto qué espera de mí y qué necesita para que la experiencia real de someterse a mí sea totalmente satisfactoria. Poco a poco la confianza va creciendo y llega un momento en el que los temas propios del BDSM se mezclan con información más personal – nuestros nombres reales, aspecto físico, de dónde somos, en qué trabajamos, si ella está casada, cómo nos conocimos malaika y yo, anécdotas de nuestras vidas, etc. Lo cierto es que esta información no es en absoluto superflua. Creo que es imprescindible alcanzar un grado de conocimiento mutuo que vaya más allá del BDSM por dos razones. La primera es de carácter práctico. Por ejemplo, si está casada o vive en pareja, si tiene un horario laboral estricto o trabaja los fines de semana, son situaciones en las que será más difícil encontrar el momento para poder jugar. Si vive en una zona alejada de Barcelona, también hay que tenerlo en cuenta. Lo mismo si tiene algún tipo de carga familiar. Etcétera. La segunda razón está más relacionada con los juegos. A mayor conocimiento mutuo mayor empatía y, a mayor empatía, más satisfactorios serán los juegos para ambas partes. De hecho, ciertos juegos sólo pueden llevarse a cabo si hay empatía entre las sumisas.

Pues bien, hace varias semanas contactamos con una chica con la que empatizamos casi desde el principio. Simpática, divertida, sin experiencia en el BDSM, pero con muchas ganas de aprender y experimentar. Nos enviamos de 3 a 4 extensos correos –nunca escatimo tiempo ni recursos cuando escribo un correo a una sumisa- por semana durante unas tres semanas en los que todos pusimos de nuestra parte para conocerlos lo mejor posible con la intención –declarada de forma explícita por ambas partes- de quedar lo antes posible para charlar cara a cara y, si todo iba como esperábamos –no había razón para pensar lo contrario-, acabar jugando los tres en otra ocasión. Ella vivía en pareja así que si bien éramos conscientes de que no iba a ser fácil encontrar el momento, creo que todos estábamos seguros de que llegaría tarde o temprano.

Al cabo de esas tres semanas ella enmudeció, pero no nos preocupó. Ya habíamos comentado que si en algún momento alguna de las partes no era capaz de mantener la regularidad en los correos debido al trabajo o a otras circunstancias, no sería un problema. Efectivamente, recibimos un correo al cabo de una semana en el que se disculpaba por no haber podido escribir. Nos comentaba que no había escrito hasta ese momento porque estaba muy atareada y no quería escribir el correo deprisa y corriendo, pero que al ver que el exceso de trabajo se iba a prolongar durante los próximos días nos escribía ese correo para dar señales de vida y que no pensáramos que había perdido es interés. Todo lo contrario, reiteraba su intención de seguir manteniendo la relación e ir más allá. Le contesté que no pasaba nada y continué hablando de BDSM y también de temas particulares tal y como veníamos haciendo de forma habitual.

Han pasado tres semanas desde entonces y no hemos vuelto a saber nada más de ella. Ayer le escribí lo siguiente: "Hace mucho que no sabemos de ti. Esperamos que todo vaya bien y que sólo sea debido a trabajo y a nada más". Me sorprendió que me rebotara el correo. No se especificaba a qué era debido, así que volví a probar con el mismo resultado. Entonces se me ocurrió introducir su dirección de correo en una de esas páginas web que permiten comprobar su validez y… la dirección de correo ya no existe!!!

¿Lo he soñado? Va ser que no. Ahí están sus correos, en mi bandeja de entrada, como prueba de que existió. ¿Fue una broma pesada? Es posible, pero tengo una muy, muy, muy dilatada experiencia en internet y si hubiera sido el caso, tarde o temprano lo hubiera descubierto –tal como hago casi cada día en el chat. ¿Se arrepintió? También es posible, aunque nada indicaba que pudiera pasar. ¿Su pareja la descubrió y le obligó a cortar la comunicación e incluso a borrar la dirección de correo? No podemos descartarlo. ¿Fue abducida por extraterrestres? Quién sabe.

No voy a decir que todo esto fue una pérdida de tiempo porque no lo creo. Esas tres semanas de correos fueron muy estimulantes y nos permitió conocer a una persona que podría haber sido especial para nosotros. Además, dar respuesta a sus preguntas me permitió ahondar en mis pensamientos y mi forma de entender el BDSM. Lástima que todo acabó antes de haber podido llegar más lejos. En todo caso, seguiremos buscando.

¿Qué pensáis vosotros de todo esto?

Hellcat

2 comentarios

Hellcat -

Hola terry,

Gracias por tu aportación al misterioso caso de la sumisa desaparecida. Desde luego nosotros nos inclinamos por la versión que tú has dado o por la de haber sido descubierta. La explicación que das para el hecho de haber borrado la cuenta de correo dentro del contexto de arrepentiemiento es ttoalmente plausible.

Saludos

terry -

Hola, creo que lo mas probable es que se haya arrepentido y la mejor manera de desaparecer y asegurarse de ella misma no volver a "caer" es borrar directamente la cuenta de correo. No necesariamente ha tenido q enterarse la pareja para que ella haya decidido eso.